lunes, marzo 10, 2008

La revolución electoral


Este último fin de semana ha sido muy intenso, especialmente por los resultados de dos votaciones largamente esperadas por sus "fans". Por un lado, ha tenido lugar ya la selección de la canción española para el Festival de Eurovision, mientras que por el otro hemos celebrado Elecciones Generales para renovar el Congreso de los Diputados y parte del Senado.
Y los resultados han sido aplastantes tanto para algunos partidos políticos como para algunos de los aspirantes eurovisivos. Y es que las mayorías tienen, según nuestra Ley Electoral vigente (artículo 163), una clara ventaja a través de la aplicación del método de D'Hondt, el cual asigna mayor representación a las mayorías siempre que su diferencia en número de votos sea muy elevada respecto a los obtenidos por las minorias (un reciente post de microsiervos lo explica muy bien). Además nuestro sistema electoral se basa en la circunscripción provincial, lo que favorece a los partidos de implantación regional/local frente a los de implantación nacional. Resumen: el éxito electoral estará asegurado si somos un partido con muchos votantes en un sola provincia y además tenemos a nuestros competidores a muchos votos de distancia.

Conclusión del fin de semana. Sinceramente, nuestro sistema electoral ayuda a que cada cuatro años los grandes partídos políticos tengan muy poco estímulo en alterar el "status quo" reinante. Quizás una solución creativa para suprimir este borregismo electoral sea intercambiar los resultados del pasado fin de semana, y proponer a Chikilicuatre como presidente del gobierno. ¿O no?

1 comentario:

Sergi García dijo...

Buen post. Muy weno. Cambiar a Chiki por ZP es igual porque es de la Sexta. Y ya se sabe de donde cojeamos algunos.

Sobre la ley electoral... IU se merece esos 14 escaños que les corresponderían si valieran todos los votos iguales. Y la Díez, que no es santa de mi devoción, otro tanto.

Las cosas serían diferentes, a mayor diversidad, mayor eficacia, mayor cantidad de ideas, mayor competencia y muchos del PSOE y del PP, por no hablar de nacionalismos, se las verían finas para entrar al congreso.

Pero por eso mismo, nunca va a cambiar. No lo permitirán. La izquierda y el progresismo sería mucho más poderoso, aunque dividido, así IU nos vigilaría a los socialistas de la gran tentación centrista que nos invade desde hace ya más de una década. Y eso nos vendría tan tan bien para ir hacia adelante.

ISTA, ISTA, ISTA, España es... (nos vemos en Gante)