lunes, septiembre 11, 2006

No hay cama pa´tanta gente

Sin ninguna duda, resulta necesario acercarse a la realidad con cierta frecuencia y tomarle el pulso a la calle, superando la despersonalización que conlleva el enterarse de lo que ocurre en nuestra aldea global por los medios de comunicación.
Así y con motivo de mi reciente periodo vacacional, he experimentado de primera mano las sensaciones que está viviendo el pueblo canario sobre la avalancha de cayucos que llegan a Canarias. Miedo, impotencia e inseguridad percibida se mezclan con la humanidad, solidaridad y hospitalidad hacia los que no tienen nada.

Como comenta mi amigo y paisano Javier Duque, es inquietante el reflexionar sobre la enorme presión que está soportando el archipiélago canario: 7300 inmigrantes custodiados por una treintena de personas (no son delincuentes pero como son "sin papeles" hay que retenerlos como en cárceles); más de 700 de estos inmigrantes son menores de edad que legalmente no se pueden repatriar, por lo que hay que proporcionarles alojamiento y educación hasta su mayoría de edad; y en Senegal más de 9000 personas tienen ya "sacado el billete" para Canarias, ya que ahora según cuentan es "temporada alta" porque son las calmas de septiembre y el mar está "como un plato" y se ponen en Canarias en unas cuantas horas.
A Canarias están llegando una media de 400 inmigrantes en cayuco al día, por lo que si el año tiene 365 días ¿cuántos inmigrantes habrán llegado dentro de 12 meses? Si hacemos las cuentas, en poco menos de un mes arriban a las islas el equivalente a la población de El Hierro.

Es cierto. Era muy complicado el preveer este desbordante fenómeno por parte de los gobiernos regional, nacional y europeo pero una vez que la avalancha está sucediendo da la sensación de que unos se echan la culpa a los otros.

Canarias, tan lejos de Bruselas y Madrid, tan cerca de África