domingo, noviembre 14, 2010

Medicina Preventiva y Salud Pública: Encuentros y desencuentros

El pasado verano destacó en el ámbito sanitario por el hecho de que el proyecto de troncalidad de especialidades médicas fue muy contestado por parte de los colectivos profesionales que la autoridad sanitaria quiere troncalizar.

El caso de Medicina Preventiva y Salud Pública ha sido y sigue siendo una historia de desencuentros muy particular. Así el último ejemplo ha sido la disparidad de opiniones que han generado los planes ministeriales entre las sociedades que acogen a los especialistas de Medicina Preventiva y Salud Pública. De una parte, un colectivo de especialistas vería con buenos ojos la intención de convertirla en una especialidad multiprofesional, a la que podrían acceder no sólo los titulados médicos, sino otros profesionales, como enfermeros, farmacéuticos y veterinarios; mientras que enfrente, otra parte del colectivo defiende la raíz médica de la especialidad y, aunque reconoce su carácter multidisciplinar, cree que su ámbito natural de actuación es el hospitalario. Más aún, el colectivo de residentes de la especialidad defiende una tercera postura en la que reclaman se valore el mecanismo para que la formación especializada de MPySP se sitúe en el tronco médico manteniendo el grueso del programa de formación vigente.
Para hacer más controvertido este debate, hay que sumar a la situación actual la preocupante ausencia de información oficial sobre los avances del proyecto normativo de troncalidad así como la publicación del Anteproyecto de la Ley General de Salud Pública quién en sus artículos 133, 134 y 135 intenta tímidamente desarrollar las bases comunes dentro del SNS para la formación y el desarrollo profesional en salud pública.

De todo lo anterior, se pueden sacar muchas reflexiones, pero la que en este caso me interesa es la posibilidad de que el matrimonio entre la medicina preventiva hospitalaria y la salud pública no hospitalaria esté pasando una mala racha. ¿Hay verdaderamente motivos para el divorcio? ¿Pueden y deben alterarse las relaciones paterno filiales para con los hijos comunes, es decir, los residentes de la especialidad?

Desde mi punto de vista creo que no hay motivos para la separación sino todo lo contrario. La medicina preventiva hospitalaria no debe vivir aislada en su burbuja del hospital y necesita, para el efectivo cumplimiento de sus funciones, de la interacción y colaboración con el resto de especialidades hospitalarias y también con las especialidades de atención primaria así como con los servicios de salud pública. La limitación que supondría la separación de la salud pública no hospitalaria perjudicaría en el nuevo escenario a especialistas y residentes que desarrollan su actividad en el ámbito de la atención especializada puesto que éstos perderían el valor añadido que supone el contacto con el ámbito comunitario.
Por otra parte, la salud pública no hospitalaria necesita de las raíces médicas para afrontar con éxito la interacción con el sistema sanitario, el cual está dominado mayoritariamente por el enfoque hospitalocentrista. Aun más, la formación en salud pública para médicos no puede obviar la fuerte atracción que el hospital ejerce a la hora de que los recién licenciados y futuros especialistas elijan plaza de formación especializada.

Y finalmente, los residentes merecen seguir teniendo las oportunidades que la cohabitación entre ambos mundos produce. De tal manera que cada residente pueda buscar con la ayuda de su tutor y en el marco de la formación especializada el itinerario formativo que más se adapte a su proyecto profesional.
Para muestra de la potencialidad que hoy en día supone este matrimonio valga como ejemplo el nuevo Encuentro de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública, esta vez el noveno, que las futuras generaciones de especialistas han organizado este pasado fin de semana. ¡Enhorabuena! El trabajo colectivo como fruto de la unión de la medicina preventiva y la salud pública es todo un ejemplo para las sociedades científicas que dicen representar a nuestro heterogéneo colectivo profesional. La estrategia de Divide y vencerás no es en este caso la mejor opción sino todo lo contrario.