Recientes noticias de mi tierra sobre el éxito que está suponiendo el recientemente inaugurado Tranvia de Tenerife, me ha recordado en estos días de descanso la importante relación existente entre urbanismo y salud.
Así, durante mi estancia en Londres, pude comprobar en el trabajo que llevé a cabo como la salud de las personas puede verse influida no solo por las estrecheces de su vivienda o el insuficiente número de habitaciones, sino también por la ausencia de intimidad ante unas viviendas que se construyen muy cerca las unas de las otras, o bien por la ausencia de espacios abiertos donde los londinenses puedan pasear y descansar del bullicio de la "City". Otro ejemplo de esta estrecha relación entre las personas y su entorno, era la ausencia a simple vista de las escaleras en los grandes edificios públicos al entrar a los mismos, mientras que te resultaba inevitable toparte de frente con la atractiva oferta de los ascensores; más aún con las importantes políticas de fomento de la actividad física y el deporte que estan en marcha en Londres.
Es para mi, por tanto, una obligación tanto como ciudadano como profesional de la salud pública, estar muy al tanto de lo que sucede en este ámbito, que de buenas a primeras parece relacionarse muy poco con la sanidad. Las infraestructuras y los transportes, las grandes estructuras y rascacielos, los planes generales de urbanismo... todos ellos son sin dudarlo causa de la buena o mala salud de las poblaciones.
Y viceversa... y a modo de ejemplo, Santa Cruz de Tenerife se ve mucho más "saludable" con el Auditorio de Calatrava o el flamante nuevo tranvia del que hablamos al principio.
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